"Por tantos años de tu adolescencia actuaste raro. No era necesario..."
Endorfinas/ Bronco Yotte
¡Ay mi querido Blog!, quien sabe de cuantas cosas me perdería si no estuvieras aquí para recordármelas, o bien para recordarme en etapas de mi vida que mi mente no gusta de recordar.
Porque la mente es tramposa, o al menos la mía.
No vengo aquí desde julio a escribir. La verdad había olvidado que tenía un blog. Estoy tan sumido en mi trabajo como docente (que ahorita les cuento), como agente de viajes y como ilustrador en mi nuevo proyecto (aun no me familiarizo con el termino, pero bueno, si no me vendo como tal no me reconocen) que olvide por completo que también me gusta estar acá. Y no es que no haya escrito; ando en Facebook o en Instagram poniendo palabras, pero al final del día El Gran Mal es mi casa y aquí puedo escribir un poco más de la cuenta y ser personal dejando de un lado esa imagen que involuntariamente (o voluntariamente) me he formado en las redes sociales.
En agosto empecé a trabajar como docente, tópense que a mis papas les diagnosticaron COVID 1 semana antes de realizar mi examen profesional, tuve que dejar 2 semanas el trabajo (sumando más de 10 mil pesos en deudas escolares), unos días después me llamaron para ser profe de inglés, 2 días después repruebo catastróficamente mi examen profesional (la neta se los pongo así porque así se sintió) y pase unos días de ansiedad terribles que casi me hacen renunciar a todo, Imagínenme ahí en las juntas con la directora sudando frio con la garganta cortada pretendiendo que estaba bien, persiguiendo un trabajo que no sabía si podía sostener de todas formas... Ay no, que estrés, antes no me salieron canas porque tengo una edad biológica de 15 años, sino ya estaría marchitándome. (jajaja)
Bueno, pasadas las cosas feas comencé a dar clases la misma semana que me graduaba, me sentía terriblemente agradecido por considerarme sin apenas salir y que me llegara una oportunidad en esta temporada tan inestable que ni me peso partirme en dos para dar clase y responder exámenes.
Sobre mi primer día dando clases fue extraño, estaba nervioso una noche antes, casi no dormí pensando en si la universidad me había dado las herramientas necesarias para entregarles a los muchachos clases de calidad, que estuvieran atentos y además no me comieran vivo. Pero la mañana que me puse frente al grupo paso algo extraño, y es que estaba calmado. Un poco ansioso, pero calmado. Si bien no era el "señor carisma" ahí estaba imponiéndome a la situación.
¿Qué difícil es sobreponerse para superarse, ¿verdad?
Bueno ya han pasado más de tres meses y puedo decirles algo con toda seguridad que reafirme en estos meses.
"La adolescencia es aterradora"
Tengo contacto con más de 100 chicxs, todos ellos diferentes entre sí, pero aun así es inevitable no verme en ellos o ver situaciones que viví a su misma edad, y aunque quisiera ayudarlos entiendo que es parte de su camino y su aprendizaje hacer lo que están haciendo, me queda como docente ser un faro que alumbra el muelle con la esperanza de que lleguen a puerto por sus propios medios, sin involucrarme de más caminos que no me corresponden.
La primera semana note algo:
Los de primero son entusiastas y muy inmaduros
Los de segundo son un coctel de hormonas y entrega total a las emociones.
Y los de tercero son estos entes serios que van de luto arrancándose esta juventud temprana cada semana que pasa.
No me ha costado relacionarme con ellos, a veces cuando me entrego al momento olvido que soy su "Teacher" y me pongo a tontear o a reír con las cosas que dicen, y es que a estas alturas de mi vida yo creo que es hora de amarrarme la humildad y reconocer que tengo "ese algo" que atrapa. Sepa la verga que magia sea, pero me lo dicen siempre y yo siento que ya es hora de abrazar esa cualidad.
Estos adolescentes están siempre vibrando aun cuando no se mueven, lo veo en sus fotos de perfil, en el ruido de fondo que se les cuela por los auriculares, en la forma que se sientan o se dirigen a mí.
Y esa vibración es la búsqueda de identidad que les pulula hasta en los bostezos.
A Karoll le encanta el K-pop, a Jennifer los CNCO, a Paco Fortnite, a Sofia los dinosaurios, a José Luis estas bandas estridentes de metal y a Pepe le gusta hacer chistes de muerte como a mi (lo cual me preocupa un poco y ahora entiendo a todos mis profes de la secundaria en adelante) ...
Es un espectáculo verlos como órgano o como organismo, en el cómo cambian las dinámicas cuando alguien falta, cuando el horario se mueve o cuando llego con actitudes diferentes.
Hay tanto que se mueve en el ambiente y que es tan importante que no puedo dejar de amar a la teoría constructivista cuando los veo en acción.
Ahora entiendo muchas cosas del otro lado, que me ayudan a entender mi lado de estudiante. El ser docente es estar encima de un monociclo, haciendo malabares con dos motosierras en llamas, bajando en la peña de Bernal sin frenos.
Es un espectáculo de improvisación siempre, por más que intente ceñirme a mi planeación siempre hay algo que se mueve, que me obliga a trabajar sobre la marcha mientras tengo que estar al pendiente de otras cosas que están pasando y retener las que no quiero que pasen...
Ser docente es una chinga, pero curiosamente apasionante, es la lucha contra el tiempo todo el tiempo.
quizás sea muy pronto escribir esto, pero no quiero dejar sin retratar este momento en el blog.
Sin plantear que me viví la carrera soñando en cambiar a los alumnos que olvide por completo que me están cambiando a mí y estoy dispuesto a experimentar el cambio y venir a escribir aquí en cada oportunidad que se me presente...
Porque la mente es tramposa y vale venir a colgarse del blog para recordarme que en estos últimos meses del 2020 soy feliz.
Ya que me lleve la verga el 2021, pero ahora, Emoji happy :)
Dejo la canción del día.
Mucha suerte, yo Doxcente del futuro.