"La imaginación es lo mas alto que un cometa puede volar"
Lauren Bacall
Hay algo raro en este juego, una especie de trampa que todos pueden ver pero que igual no hay nadie que eche sus ojos en ella. Esta entre arbustos descuidados y hojas secas, a una temperatura que casi toca la del ambiente pero se siente un poco mas vacía y espaciosa.
Quienes se adentran pueden descubrir cosas que no deberían, secretos milenarios, y poder viajar en el tiempo, puede ser una biblioteca enorme custodiada por un búho sabio, una computadora de escritorio con acceso a internet y a todas las paginas de todos los países, un portal con punto de partida en el big bang, un encuentro amistoso a modo de charla con Dios y un lenguaje que se componía de centenares de idiomas, sonidos de la estratosfera y todas las notas musicales unidas como cadenas inoxidables. Aun con todo eso no había quien decidiera asomar la cabeza ni por curiosidad...
¿Sera que de aquí salen los niños y ya nadie quiere volver?
Los niños venian a visitarla continuamente, en las noches oscuras para recolectar espíritus y demonios contados por las voces decoloradas, dulces colores pasteles con forma de animales antropomórficos, animales del pasado, amigos compuesto de plasma invisible y escenarios que oscilaban entre los colores mas extravagantes pero siempre saltando con destreza el color rojo.
Salían de la pequeña cueva cubiertos de brillantina dorada, brillaban por cuenta propia; Algunas personas le llaman rastro de inocencia...
Hay veces que la cueva puede contar personas foráneas que no son los típicos niños de siempre, son personas con cualidades grotescas, enormes niños con pelo en la cara y una frente amplia, niñas con curvas que podían romper con la tercera dimensión si así lo quisieran...
La cueva carece de cerebro y adopta el conocimiento del niño en cuestión, por eso desconoce de muchas cosas, pero con picardía cree saberlo todo, por eso cuando los niños extraños venían ella se tambaleaba...
Ella ha de reconocer que hay otras cuevas en la llanuras de formas extrañas, aveces prominentes y aveces escondidas como ella...
Los únicos visitantes son los niños, y ella se siente afortunada de poder brindar cobijo a todo ser marginado, de dotarles de un poder inmenso, que aunque con tristeza reconoce que se esta perdiendo, trata de ofrecer todas las herramientas para poder imaginar, componer mundos, detallar texturas y describir a través de los ojos sin malicia, y creer que este mundo tiene esperanzas pequeñas, un territorio que se puede manejar con destreza en manos diminutas...
Dejo la cancion del día
Mucha suerte, Yo niño del futuro
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