Resulto que el cuerpo se llenó de agua, para devolvértelo a ti.
No tengo la fuerza para estar tan débil, déjame explicártelo así.
El agua dice y se mueve sola, por la gravedad y el calor.
No tengo la fuerza para estar tan débil, déjame explicártelo así.
El agua dice y se mueve sola, por la gravedad y el calor.
El cuerpo en su estado es un ancla pesada,
que mueve todo lo que no cree...
Sal/Gepe
Cuando me desperté me di cuenta que estaba en una pequeña balsa, que se tambaleaba elegantemente entre el agua, era el único lugar seco en kilómetros, madera humedecida y un ambiente acuático, no hacia calor, el sol se ocultaba con tranquilidad y los sonidos se limitaban al chocar de la balsa.
Estaba en el mar, sobre una balsa.
No se como es que llegue aquí, y por mas que me pellizco esto no da pistas de ser una pesadilla, es la realidad.
¿Como se siente la realidad? Como un eterno mareo...
Me levante tambaleando abriendo las piernas para tener mas equilibrio, pues es una pequeña superficie que aun me permite vivir, tratarla con cuidado es prioridad ahora.
No puedo ver nada, Nadie puede ayudarme es solo agua y agua. Estoy sudando, pero no quiero hacerlo, no debería deshidratarme.
Me siento y miro hacia el mar; profundo océano de mareas azuladas, tibias superficies que se concentran en oscuridad, en una frialdad penetrante que no debería dejar que seres vivos deambulen, pero la vida es tan absurda que dota de habilidades a la misma vida, luces fluorescentes amalgamadas sobre un vacío desolador, sombrías burbujas aperladas delatoras del movimiento, incesantes cacerías de media noche, ciegas reproducciones sin sentido...
Unos kilómetros hacia arriba están aguas mas tibias, mas claras. Donde todo lo que imagines tiene cabida, enormes bestias dotadas de centenares de armas, brillos que se mueven al vaiven de cientos de miles de peces en sincronía, que saben del futuro y crean tropas matemáticas, figuras que a la distancia advierten que en nuestra superficie somos tan pequeños como ese grano de arena sufriente, gigantescas y sonoras ballenas tan grandes que puedo nadar en sus venas, tan hermosas como madres cansadas, que con frecuencias se apaciguan, se unen y se van, que entienden de la tragedia y con tranquilos movimientos deciden vivir otro mas, viendo morir a su paso, como el humano seco, con cabello negro y vista apagada, que sobre una balsa de madera acepta su destino, se rinde a la muerte con la ignorancia de quien sabe solo como respirar, quien imagina sobre turbias olas el destino seguro, sabe muy bien lo que significa contribuir a la cadena, esperando despertar sin pulso abrazado por ardientes rayos, comida de aves viajeras, olores desagradables que diversifiquen el ambiente, huesos blancos como libros que al ser encontrados revelaran el pasado, lo que se vivió en un sonido a tres tiempos, el compás de los pares.
Si fuera mas valiente y aprendiera a hablarse como un templo sagrado se daría cuenta que en el esfuerzo esta el vivir, que las manos cansadas y la piel quemada le darán la oportunidad de ser el un poco mas, en esa isla verdosa alejada del punto de trueque de la muerte, o que duerma con la ruleta de las olas, que vuelva a despertar con lágrimas secas en una superficie de granos de arena, que se levante y por sus propias manos. Aprenda que si por un momento callara la voces de su interior descubriría que la vida es caprichosa, pero también moldeable, que no se necesitan de adquisiciones si puede darse cuenta que en las profundidades seres viven, en los ambientes mas imposibles hay movimientos palpables, el sentido de la vida generando pasos que escriban en este mundo. que el universo esta fuera de su cabeza, haciéndose valer por el instinto.
El abrazo del tiempo peinando su futuro, la leyenda del olvidado, el pobre hombre que entendió lo que es vivir, pero fue tan privilegiado que se lo guardo para apagar esas conversaciones que justo ahora le gritan que se tire al mar, para que su desgracia cobre factura y entienda de una buena vez que no hay que sentirse desolado si te tienes a ti mismo, pensando tan fuerte que hoy el destino decidirá si lo seres sufrientes merecen recibir como un milagro el valor y llegar a tierra firme para descubrir que preocuparse es tan banal como pararse en la balsa esperando que alguien pueda ayudarlo...
Dejo la canción del día
Mucha suerte,Yo balsa del futuro...
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