"Por si acaso me perdiera, he tendido un hilo
Que me sujeta a la tierra para viajar tranquilo.
Desde el último balcón del tiempo, me asomaré
Si tú quieres recorrerlo, dilo, yo allí estaré..."
Que me sujeta a la tierra para viajar tranquilo.
Desde el último balcón del tiempo, me asomaré
Si tú quieres recorrerlo, dilo, yo allí estaré..."
Repartiendo Arte/Kase.O
Si mi mente fuera una fibra, tejería con doble hilo una telaraña, tan grande: que cubra un terreno entero donde transiten las mas libres y amorfas ideas. Que al ser atrapadas tomen esta realidad y la distorsionen hasta las mas inverosímiles situaciones.
Guiadas por las bestias del impulso, que se formen caminos macroscopicos con movimientos aletargados.
Ahí justo después del raciocinio se expanda una ola violeta donde cada temperatura se disipe hasta lograr la sensación de casa, un calor refrescante.
Tomaría tus orejas y en los interiores con mi fibra tejería una trenza roja que conecte hasta el corazón de la tierra, para que ya no temas de los sueños, de esas construcciones derrumbadas que tanto te aterran y mucho menos te perturbe mi presencia.
Le pondría una pulsera en su muñeca, tan delgada que se confunda con los vellos de sus brazos, para que pueda volar al sur del pueblo que se niega a olvidarlo, el lugar que lo vio crecer como un pobre hombre, de manos rasposas por el trabajo injusto.
Le ataría al cuello un grueso collar con los colores de las estrellas muertas, para que las cenizas de sus cabellos florezcan en sincronía con la maternidad de sus senos.
Para que le guerra de su interior se apague de un chispazo, y ella reconozca que las ansias aun no se han comido sus señales de genero.
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Nos estiraríamos de una cuerda tensada por los polos del mundo, para que saltemos por las divisiones impuestas, el lugar donde los rígidos trazos horizontales se descoloquen fatidicamente, en un cerro verde habitado por millones de ciervos y plantas enraizadas con estambre rojo.
A ellos les atraparía los brazos con sogas que corten la circulación, donde sus brazos índigos se llenen de hematomas punzantes, que pierdan sus extremidades y rieguen de sangre las raíces del planeta.
A los seres les fabricaría ropa de todos los colores, de todas las formas cambiantes disponibles, para que ya no teman de las gélidas miradas cuadradas, una mezcla aceitosa de curvas que solo apuntan hacia arriba.
Y a mi me tejería un suéter azul, que me proteja de las lunas teñidas artificialmente debajo de la tierra, y así, en forma de carrete pueda sostener con los brazos congelados todas las millones de fibras rojas que se incrustan como un relámpago en mi cuerpo.
Si alguien tirara de mis hilos, mis cuerdas, telarañas, mantos y abrigos;
Disiparía las dudas del movimiento, rompería la barrera del recuerdo y con ella mantendría mi cuerpo caliente frente al vendaval espiritual. En un sueño eterno oxidaría las hebras ensangrentadas del exterior para que de la tierra brotaran todos los cuerpos momificados, para que esta fibra deje ser un sueño y la telaraña libere todas las formas de la mente...
Creo que por un accidente se me ha roto el hilo
Y ya no puedo volver, me quedo aquí para siempre
(¿Cuánto dura un siempre?)
Y ya no puedo volver, me quedo aquí para siempre
(¿Cuánto dura un siempre?)
Dejo la canción del día
Mucha suerte, Yo tejedor del futuro...
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