viernes, 10 de marzo de 2017

Amapola

"Que el soneto nos tome por sorpresa
Como si fuera un hecho consumado
Como nos toman los rompecabezas
Que sin saberlo nacen ensamblados"



Las fechas poco a poco se alinean, en concordancia con la resiliencia forman un jardín que aunque simple a la vista desarrolla en su interior un intrincado bagaje de maquinaria inteligentemente fabricada.


Hay pequeños picos en el monitor avisando que todo cambia, armando con la mirada sofisticados planos simétricos donde ciertas flores se posicionan dándole vida a este extraño cúmulo de sensaciones.

Naturalmente el silencio se libera para cubrirse en la cordillera de mis emociones.

¿Habrá alguien que anteriormente haya sentido lo que estoy sintiendo?

Quizás en unos años este puñado de sentimientos revelen como en una fotografía instantánea el color de estas situaciones, las formas y los trazos de esta numerología juvenil, que febril desarma a su paso lo que toca.




Tiene ciertos nombres, pero si uno tiene suerte puede llamarlo de solo uno.
Es este ardor adolescente que se me presenta en sus últimos pasos, incendiando las ramas y tallos que yacían varios años varadas en las paredes del cuerpo.
Mutua afinidad al estruendo del corazón y al inquietante silencio del pensamiento.






En situaciones mas comunes esto bien podría acabar en la afinidad de su simetría, pero conmigo viene como un huracán desarmando los planos de mi presente, mi pasado y mi futuro.

Es tan asimétrico en su forma haciéndolo imposible de encajar, se hace los que se puede bajo los estatutos de esta espiral, pero en su forma mas humana no ofrece mas que un festín de desgracia y miseria a todo aquel que haya nacido bajo el signo de la amapola.

Bordes carmín ennegrecidos por el centro del ovulo de sus circunvoluciones, adormidera letal escondida en la enagua inmaculada de su naturaleza. 





Dejo la canción del día




Mucha suerte, Yo plantío del futuro...




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