viernes, 1 de diciembre de 2017

Lamina de Oropel

"La marea se menea tímida y lame los pies 
Regalándome invitaciones y promesas otra vez"



Hay láminas de oropel en el suelo, no se como fue que llegaron aquí, pero estas inundan el agua formando un brillante y sólido bloque de esperanza, como es mi costumbre me quedo un rato mirándole y pienso en un arrebato de ideas que terminan hilvanando la misma pregunta de siempre.
La humedad del ambiente permea mi espíritu y ahuyenta mi vigor. Es aquí cuando la duda se apodera y me encamina a la parte oscura de mi ser.




Caminar por la ensombrecida senda es un trabajo que se de memoria. Me encantaría fingir que no, pero mentirme solo trae más ansiedad y esta a su vez me estruja en los pulmones, es común a estas alturas saberse el camino y pretender que esta vez sera la ultima, sin embargo el pretender se encaja aun con más fuerza y tensa la ideas racionales.

Entonces hay que parar y armar la realidad con desdén, Escribir una y otra vez la misma pregunta hasta que empiece a perder el sentido pero cobre fuerza, ojala fuera un proceso sencillo, aveces me toma días estructurar la cuestión y atizarla lo suficiente para devolverme de nuevo.

Este oropel que brilla debajo de una capa de agua no es más que una quimera hedonista, un estado volátil, la cruda satisfacción envuelta en arrepentimiento, y es curioso que sabiendo su instantánea y turbia naturaleza me provoque mas anhelo.

Cuando me siento valiente tiro mis pies en el agua y juego con la lamina arrugando su forma, parece tan frágil y delgada, tan diminuta y delicada. Igual se que es una trampa, un intento atractivo que en su mentira promete envolverme del oro y calentarme como si de la resiliencia se tratase. Quien sabe cuantas veces he intentado pisar la superficie, sintiendo una rafaga de beatitud entumeciendo mis extremos, para luego jalarme hacia el verdadero fondo del bloque, que es helado y propicia al endurecimiento de la lámina, ya opacada por la temperatura intentando hacer de mi una crisálida agónica.

He caído y también he logrado escapar, pero el peso de la mentira se contrae y viaja hasta los dedos de mis pies, entorpeciendo la intención de salir, sin embargo en la proa de esta fragata oxidada respondo con mi constante pulsión acariciando la muerte de forma delicada, como necesitando ser hundido y petrificado nuevamente, ¿Será necesario el hundimiento en el bloque para arrancar de una vez la oscuridad que me aprisiona? Surge como segunda pregunta y ensimismando acurruco los pies fuera del agua.



"ENCUENTRO QUE ES MALO TAN LUEGO"

Vuelvo al camarote observando al barco dar vueltas por el bloque, me abrigo después de secarme los pies y desde mi cama observo el tenue brillo del oropel en el agua iluminando de forma muy parecida este deseo que quiere, que no le es permitido armarse y siempre cae bajo el yugo de una pregunta que asegura salvarme por hoy, mas amenaza con desplomarse mañana.


Dejo la cancion del dia




Mucha suerte, Yo oropel del futuro...

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