martes, 19 de febrero de 2019

LA VIDA EN FEBRERO

"Cambia lo superficial 
Cambia también lo profundo 
Cambia el modo de pensar 
Cambia todo en este mundo"
Todo Cambia/Mercedes Sosa


Febrero ha sido caluroso, no se si es porque me levanto mas tarde y vuelvo mas pronto a casa que los días me parecen mas tibios de lo usual.

Pero es esa tibieza la que me incomoda, voy a intentar definirla, pues pienso en ella como un sopor interminable, como una cortina moviéndose elegante ante la caricia de la brisa, evidenciando con el sol que se cuela el movimiento de la gente.

Pienso en febrero como un baile lento, como sombras estirándose en el salitre de los muros, o como esa bandera pequeña que se ondea sin ánimos y desteñida en el techo del vecino.

Pienso que febrero es un gigante que cuida no pisar casas, un oasis de agua asentado en la depresión de la banqueta, pienso en febrero como un niño que apenas camina.

Pienso cuando febrero me relame las mejillas, cuando evapora caliente el suelo creando ondas que distorsionan la lejanía, como las canciones de Mercedes Sosa.

Pienso la vida en febrero porque han pasado muchas cosas, la pienso porque en la merced de esta templada noche caigo en cuenta que muchas veces, los años son alargados febreros pausando la vida.
Este febrero es una mirada contemplativa a la nada, es un hado vanal, y fútil al tiempo.
Febrero camina rápido, parece terminar pronto, pero se siente denso, espeso, pastoso.

El mes es tenue, tenso y turbio. Esta tan agazapado, encumbrado en si mismo.

Pero al final del día pasa, porque siempre pasa, nunca se detiene.
Febrero me cambia y en especial el de este año me mitiga, y con su silencio me reprende.
Por eso me es tan incomodo, tan necesario.
Febrero esta mirándome, uniéndome con su calor esta forma que siempre cambia, girando con su famélica brisa esta piedra que brilla y que cuando sus caras se tibian nos gusta llamarle vida.

Dejo la canción del día.



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