martes, 11 de junio de 2019

CAPITULO 5: "OCELOTE"


CAPITULO 5

OCELOTE

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Cuando cayó la noche y la luna iluminaba con claridad la oscuridad, una pequeña lluvia entro como si no estuviera la cúpula, José estaba en el balcón mirando el cielo, aun no se entendía como una protección irrompible podía dejar que la lluvia pasase, el ambiente se sentía seguro, como resguardado por sus padres. Tenía muchas preguntas acerca de Cuauhcue, pero no podía enterarse de ellas hasta mañana, así que tomo asiento y desde el jardín olio el aroma de la tierra mojada acompañado de las risas de Ayelén con su Cacomixtle. La miro con amor y se propuso hacerla feliz por siempre, empeñado en evitar que volviera a sufrir de la misma manera como cuando Nana se fue.

-Hola águila, no sé si deba ponerte un nombre, pero siento que debo. Toco su cabeza y pensó en un nombre adecuado. – Cuando estaba en la preparatoria Sali con una chica llamada Natalia, siempre que salía de las clases de Karate llegaba a su casa y me recibía un perro enorme, de Natalia no puedo decir muchas cosas, pero su perro era encantador, cuando corte con ella solo podía pensar en su chucho. ¿Y sabes cómo se llamaba? Supremo, así, como lo escuchas, el perro se llamaba Supremo y quiero llamarte así, si no te molesta.
El águila creció un poco y recargo la cabeza en el pecho de José.
-Entonces Supremo serás.
- ¡Papá! ¡Mira! ¡Jonito se hace cada vez más pequeño!
- ¿Se llama Jonito tu Kone?
-Jonah
-Debe ser porque tienes sueño, metete a bañar. Hoy fue un día pesado, mañana iremos a la rotonda y hablaremos con los maestros para que entres a clases.
- Si papa, ¡estoy emocionada!, Cuauhcue parece divertido.
-Y como no, por la mañana dejamos la ciudad y ahora tienes un pueblo nuevo por descubrir en compañía de un Cacomixtle.
-Jonito papá.



Por la mañana la señorita Regina toco la puerta, el movimiento en el pueblo era un vibrante cóctel de sonidos de animales y gente, y la luz se encajaba en las rendijas despertándolos.
-Señor José, estamos esperándolo en la rotonda, las demás consejeras quieren conocerle.
José salió de la casa con la misma ropa del día anterior, le pidió a Regina que entrara y le diera 10 minutos para bañarse y estar listo, regina encendió una estufa que no tenía ningún tipo de conexión con electricidad y gas y preparo un té de Damiana en conjunto con una olla de frijoles y tortillas azules.
-Oiga señorita Regina, ¿cómo es que se perdió un niño aquí?
-Aún no lo sabemos, las personas de la rotonda hemos intentado por mar y tierra, incluso orándole a la divina deidad, pero no encontramos nada. Creemos que salió de Cuauhcue con algún tipo de intervención.
- ¿Ha sucedido eso?
-Solo una vez, con un cura que era perseguido.
-Eso me deja más dudas.
-Prometo contárselas, pero por ahora no tenemos tiempo, debemos llegar rápido, coma por favor, mi Careni esta emocionado de que lo monte.
- ¿Puedo llevar a Ayelén?
-Le suplico que no, no es conveniente.
Ayelén se quedó dormida mientras José y Regina montados en el Kone cara de niño recorrían el noroeste de la ciudad. Las personas miraban a José con impresión, era un hombre corpulento con una barba castaño clara y una nariz grande, resultaba poco familiar su cara y no paraban de señalarle cuando pasaba por las calles, no podía ser más incómodo el momento, sobre todo en los espacios donde la gente se concentraba.
Llegados a la rotonda Ámbar y las dos consejeras esperaban en la entrada, entonces empezaron a murmurar.
- ¡Este hombre es enorme!
-Mira el color de esa barba, ¿será que quiere conquistarnos como aquellos españoles?
-A mí no me molestaría en lo absoluto.
- ¡Vanesa, Quetzal! - Respondió Ámbar molesta. -Mas respeto por favor.

José bajo y saludo de beso a las 3 consejeras, Quetzal y Vanessa se zangolotearon y siguieron a Ámbar con rumbo a conocer a Ocelote.

Ocelote era la gobernadora de Cuauhcue, una mujer de carácter fuerte y de proezas sociales impresionantes, vestía como una mujer ejecutiva de los 80s, mantenía siempre una excelente postura y unos ademanes elegantes, Ocelote no debía de medir más de 1.60 metros, de complexión delgada y pelo corto, era una mujer atractiva y segura, con un maquillaje cargado que le daba énfasis a la mirada. Todos en Cuauhcue la respetaban, sin embargo, durante el último mes tuvo una situación que había repercutido en su ánimo y se mostraba más ansiosa y melancólica, cosa que José noto recién llego a su oficina.
La oficina era una pieza espaciosa con anfibios de barro en las paredes, muebles de cedro colorado con estilo rustico mexicano, y un enorme ventanal que mostraba la pradera y el lago de una manera preciosa, era como un cuadro con los contrastes saturados.
-Bienvenido señor José.
-Muchas gracias, gobernadora.
-Toma asiento, por favor. Quetzal, ¿Puedes traerme los materiales de José?
Quetzal corrió hacia las escaleras y llamo a Regina y Vanessa, Ámbar cerró la puerta.
-Le pido una disculpa por el tedioso tramite de entrada, pero no podemos vulnerar la seguridad de mi gente.
-No se preocupe, entiendo.
-Pero ahora que esta adentro le doy la bienvenida a Cuauhcuetzpalin, ¿cómo se ha sentido?
-Llegue ayer apenas cayo la noche, han pasado tantas cosas, resulta que tengo un águila real como Kone, no está aquí, se quedó en casa.
-Muy bien, le voy a comentar cuál será su trabajo. El señor Evaristo antes de partir dejo a la mitad la restauración del gran mural de la escuela. Es importante que lo restaure antes de la celebración de la Divina Deidad, tiene el tiempo suficiente. Sobre su paga tiene acceso libre aquí, puede consumir lo que guste sin problemas, afuera, generara una cuenta de ahorro que le será entregada una vez abandone Cuauhcue.
-Guau, no pensé que fuera tanto.
-No se dan mucho las visitas aquí, Evaristo dejo una gran huella y embelleció gran parte del pueblo, por eso era tan bien recibido, y queremos que usted también lo esté.
Quetzal entro y en una maleta cosida a mano le entrego los materiales hechos a base de lo que se producía en el lugar, José los miro maravillado por su detalle y volvió a la conversación con Ocelote.
-¡Muchísimas gracias, no la defraudare!
-Sabemos que no… Otra cosa, los horarios de restauración coinciden con el horario escolar. Esto se hizo con la intención de que pueda vigilar a los niños, queremos evitar otro incidente, por favor si ve algo o alguien extraño notifíqueselo a su consejera. Todo cuenta.
-Estoy enterado, lo haré con gusto, no imagino que pasaría si perdiera a mi hija.
Ocelote, se detuvo un momento y giro su asiento al hermoso ventanal, limpio su voz y continuo.
-Y donde está su hija.
-En casa.
- ¿Por qué no vino?
-La consejera me pidió que no la trajera.
Repentinamente el ambiente cambio de golpe, Ámbar y Quetzal salieron de la habitación y Ocelote giro su silla de vuelta a José,
-Escuche señor José, el niño que está perdida es mi hijo Konetl, no quiero guardarle secretos y que se entere por otras personas. Estoy desesperada buscándolo, pero no tenemos pistas de nada, simplemente salió hacia la escuela y nadie lo ha vuelto a ver. No sabemos qué hacer, estoy devastada y no puedo permitir que esto suceda de nuevo, si sabe algo acerca de Konetl o de alguna conducta sospechosa venga hacia mí, póngase en mi lugar.
-Entiendo.
José salió con una incomodidad enorme, Regina le siguió también, pero con los ojos hacia el suelo, ambos guardaron silencio hasta que llegaron al cara de niño. José temblaba un poco, sentía una responsabilidad adicional que ahora le importaba más que el mural, La idea de perder a Ayelén le aterrorizaba de solo pensarla, imaginarse tener todos los medios como Ocelote y no obtener respuestas era una pesadilla cercana. Según supo tiempo después Konetl tenía casi la misma edad que su hija, y perfilaba a ser un Bendecido de la Deidad, debido a tener comunicación con la Gran Iguana e incluso poder verla.  Un joven tan prometedor para la forma de vida en Cuauhcue que simplemente desaparece sin dejar rastro le daba vueltas en la cabeza.
-La Divina Deidad quiere que sepas que Konetl está bien, deja de pensar tanto.
- ¿Que?
- La Gran Iguana lo sabe todo.
- ¿Ya le preguntaste donde esta?
-Soy una consejera, no puedo hablar con ella, solo escucharla un poco, pero, aunque pudiera no tendría éxito.
- ¿Por?
-Ocelote puede comunicarse con ella, y ni a ella le ha dado el paradero, parece que tiene bajo control este tema.
-… Un esporádico silencio se interpuso en la conversación, le costaba entender la situación, no solo de la desaparición sino del entorno entero.
Ambos subieron a la cara de niño y José le pidió a Regina que le llevara con Ayelén, pero esta le comento que Ámbar había pasado por ella para llevarla a la escuela y que tendría la tarde libre, así que decidieron visitar el centro del noroeste.
-Señor José, tengo la necesidad de llevarlo a la fonda de Xóchitl.
- ¿Comer? Me gusta la idea.
- ¿Competencia de sopes?
-Ay Regina, ¡tú me agradas!
El centro del noreste era un lugar hermoso, lleno de adoquines que ramificaban a negocios locales, principalmente de comida debido a que gran parte de las personas que lo visitaban eran trabajadores. Las construcciones estaban hechas de madera de cedros y guardaban un aroma característico, uno de esos era la fonda de Xóchitl y Ronnie. Un matrimonio compuesto por una Cuauhcuense y un hijo de españoles-polacos que resulta ser el número 9 en poder entrar.
Sentados una vez en la mesa del exterior comieron hasta hartarse, cuando llego la hora de la cuenta Ronnie se acercó a José para pedirle un retrato, era extraño que en un lugar donde los metales no se aceptaran hubiera la capacidad de tomarse una foto, sorpresa fue el saber que la cámara era un antiguo comerciante llamado Adolfo, quien tenía una capacidad para memorizar rostros, este se sentó y los miro por un minuto, de arriba abajo, observando los pliegues de la ropa, los dientes que se asomaban en las sonrisas, la abertura de los ojos y todo tipo de detalles que servirían para realizar la pintura, Adolfo era también un monero y con gusto realizo el trabajo. Ronnie le mostró a José el retrato del señor Evaristo, cuando lo miro observo las arrugas y las manchas de las manos, eran exactamente las mismas. El trabajo del monero era tan preciso como el de las restauraciones de su maestro, así que pensó en el durante unos segundos y volvió con Regina al exterior.
-¿Sabías que no me cobran la comida y por eso me invitaste a comer? – Regina sonrió y volteo hacia el centro, cambio la conversación y le pregunto como si su pregunta no hubiera existido.
- ¿Qué hay de ti, donde esta tu esposa?
-Oh, ¿así que por ahí vamos? Está bien. Nunca tuve una.
-No me mientas, ¿Quién es Nana?
-No quiero hablar de eso, mejor háblame de ti.
- ¿De mí?
-Si, de tu pareja.
-Bueno, no tengo. Recién corte con Mictlán, era un patán, resulta que lo encontré visitando la isla del norte, ¿Con que intenciones haces eso? Imagino me estaba engañando con otras. Lo peor de todo es que me dejo sola para el evento de este fin de semana.
- ¿Qué tipo de evento? ¿tu boda?
-No, la reunión de Muxes. Y seguro estará ahí, con otra tipa.
- Lamento oír eso, pero no te preocupes ya vendrá alguien.
-Como la canción.
- ¿Cual? -Regina tomo sus manos y las puso simulando tener una guitarra, moviendo los dedos emulando unos acordes que en su posición le permitían a José entender el sonido sin siquiera oírlo, Aclaro su voz con un sorbo de pulque y canto un poco
” Ya vendrá alguien a curarte del amor,
Que este en la sombra, o en la luz
En el rocío del beber de la hoja del pirul.
Arrópate yolotl, y no guardes rencor,
 Llamándote al aire ¿keni kasan ti istok?”

-No la conozco, pero si tuviera mi guitarra la aprendería.
-No te preocupes, es hora de irnos.
Cuando volvieron camino a casa, la gente insistía en señalar al hombre de la barba haciéndolo sentir avergonzado. Pero esta vez tomo el valor y saludo a cada persona que lo saludo, el paseo se volvió más ameno y por momentos cuando se tenían que detener aprovechaba para presentarse, la situación se volvía una locura pues al conocerlo las personas se le acercaban y tiraban de su barba para comprobar que era real, José no tuvo más remedio que reírse y continuar hasta el final.

Cuando llegaron a la casa José se despidió pero no se metió, opto por quedarse en el marco de la puerta y llamar a Regina, quien apenas subía a su Kone.
-Regina, si así lo quieres puedo acompañarte.
-Ya es tarde señor, su hija no tarda en venir, tengo dos consultas hoy, son algo privadas, no lo puedo adoptar como Kone.
Sonriendo cruzo sus brazos moviendo la cabeza en señal de negación y le contesto. -Me refiero a tu reunión.
Regina se ilumino y su cara de niño se volvió enorme, corrió a abrazarlo y le agradeció por el gesto y la comida, parecía que le había arreglado la vida, como si le hubiera quitado un enorme peso de encima, Regina camino lentamente hacia su Cara de Niño que ahora media dos metros de alto. La emoción le impidió irse y tuvieron que quedarse a esperar que la euforia pasar para poder montarlo. Una vez el Kone volvió a su tamaño, se despidieron de lejos ondeando sus manos y seguido de eso partió. José volvió a su casa halagado, y detrás de él su águila real que ya era de su misma estatura, el animal se pavoneaba agitando las alas tirando algunos cuadros y jarrones, estaba contento y subió al cuarto para esperar a su hija. Se miro en el espejo de su habitación y se dijo.
-Espero no arrepentirme de esto. -Y se tiro a su cama.

CAPITULO 4: "CUAUHCUETZPALIN"


CAPITULO 4
CUAUHCUETZPALIN

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Una vez quitadas las vendas José y Ayelén conocieron Cuauhcue, una hermosa ciudad donde todo florecía. Si bien era cierto que no había pavimentación, en el lugar se podía apreciar como los pasos desgastaban el camino y así se extendía por toda la periferia, las casas tenían una influencia española, lo que denotaba que Cuauhcue fue tomada durante la conquista, pero todo elemento de la religión católica estaba ausente, las casas eran pequeñas y gran parte de ellas eran circulares, con ventanales enormes extendiéndose en su circunferencia y dejando a la vista todo lo que los habitantes hacían, en el centro de las casas había un gran pilar que funcionaba como escalera de caracol y en el segundo piso se ocultaba todo salvo por unas  pequeñas aberturas que daban para ventilar los costados y como techo un ventanal que mostraba en todo su esplendor el azul del cielo puro.
La cúpula desde el interior no se lograba apreciar, las únicas dos formas para saber que existían era observar el muro circular que se extendía por todo el lugar, y la segunda forma era mirar hacia arriba y observar a contraluz como un tipo de hilo dorado delineaba las partes del ojo.
Según los documentos oficiales que firmaron sobre la confidencialidad y la integración de foráneos, se explicaba que Cuauhcue tenía casi las mismas dimensiones de Tlaxcala, Vivían cerca de 30 mil personas, que se dedicaban al cultivo, a la pesca y al ganado. La ciudad de carácter autónomo se sostenía por sí sola, cada persona tenía una ocupación que funcionaba para hacer girar la economía del lugar, también el documento mencionaba que eran Monoteístas, reconocían la existencia de más deidades pero solo le practicaban culto a Cuauhcuetzpalin, la Diosa iguana que los vela y que les da nombre, Los servicios de salud son enteramente herbolarios, con la flora que se produce en el norte, es por eso que José y Ayelén se sometieron a pruebas médicas extenuantes y realizaron la alineación para evitar llevar enfermedades que no existen en Cuauhcue.
La media poblacional son personas de tez morena, de una altura de 1.65 cm en las mujeres y 1.70 en los hombres, su complexión es delgada con tendencia al atletismo, y aunque hay algunas personas de piel blanca y rasgos europeos son los menos en el lugar. Según el documento son personas sencillas y de carácter reservado, pues priman por el orden social.
La única festividad que se realiza es a mediados de junio y tiene el nombre de “Divina Deidad” la cual se realiza durante tres días.
La espiritualidad es muy importante para los Cuauhcuenses, siguiendo su propia rosa de los vientos que son esos hilos dorados en el cielo se encuentran 4 preciosas iglesias repletas de flores de todo tipo, en ellas no hay figuras religiosas ni nada que se pueda representar, tan solo un hermoso vitral enorme con una iguana y círculos blancos. Solo es un lugar donde la gente ora y dispone de Regalos para la deidad, sin embargo, las estructuras tienen clarísimas influencias españolas del estilo barroco novohispano y se pueden apreciar en los pilares vigas, lo cual hace pensar que durante un tiempo el uso de los metales estaba permitido, incluso al frente del lugar hay detalles de oro que hoy en día lucen oxidados.

En cuanto a la política se rigen por un sistema demócrata donde cada 5 años eligen al “El bendecido de la Deidad” quien en nuestra sociedad sería el alcalde, durante la campaña electoral que tiene una duración de 3 meses se contempla a los candidatos que pueden gobernar Cuauhcue, no hay distinción de ningún tipo pudiendo gobernar adolescentes e incluso los niños, salvo las Muxes que no pueden participar. Las personas elegidas son quienes tienen comunicación con la Deidad, y dentro de ella hay tres tipos.
Tipo 1: Quienes pueden oírla.
Tipo 2: Quienes pueden Hablar con ella.
Tipo 3: Quienes pueden verla materializarse.
Los tipo tres son los contendientes para ser los “Bendecidos”.
Los tipo dos fungen como: vicepresidentes o voceros, aquí los llaman “Atl”
Y los tipo uno son los “Tlati” quienes son los mediadores en los cuatro distritos que componen Cuauhcue (norte, sur, este y oeste).
Les siguen las Muxes quienes estudian una larga carrera enfocada en las ciencias sociales y son consejeras de los distritos.
Hace 2 años se llevaron a cabo las elecciones y este es el orden de las personas al Mando.
Bendecida de la Deidad: Ocelote Ciau.
Atl: Rogelio Acatl.
Tlati: Joan Sebastian (9 años)
Consejera Norte: Vanesa
Consejera Este: Quetzal
Consejera Oeste: Ámbar
Consejera Sur: Regina

 La casa que recién les regalaron es muy parecida al modelo tradicional de casa, pero esta tiene un balcón de madera que deja ver la ciudad completa, la cual se puede admirar a detalle pues el ala noroeste esta sobre un monte donde reinan los cedros y un poco de flora en las orillas de las casas. Cuauhcue no tiene mayores distinciones en cuanto a las clases sociales, pues casi todas las casas tienen la misma apariencia y la vestimenta también. Sin embargo, hay pequeños detalles que dictan el estatus de cada persona.
El noroeste este reinado por las personas dedicadas al trabajo duro, pues a su disposición se encuentra el valle de Tlaco, mismo que está lleno de especies silvestres y un enorme lago donde se pesca y se provee de agua.
El noreste tiene un estatus más alto debido a que de ese lado se encuentra la pradera, el Ixtepec, el bosque, el manglar y los majestuosos campos de flores. Las personas son más acaudaladas y visten ropa más llamativa, de colores vivos y accesorios que a veces rayan en lo exagerado.
En el suroeste se encuentran las personas que trabajan en el área social y cultural, Donde José y Aye están ubicados, las Muxes y los personajes reconocidos tienen su lugar de residencia ahí.
En el sureste se encuentra el grueso de la población, quienes trabajan en cualquiera de los 3 distritos. Pero debido a que la zona tiene muy buena plusvalía y puedes encontrar todo fácilmente la mancha poblacional converge sin problemas.
En el centro adoquinado esta “La rotonda” el capitolio del pueblo donde viven los personajes de la política y sus familias, es una casa color rosa mexicano enorme que en su punto más alto tiene una aguja que avisa la hora según la posición del sol, la aguja esta sujetada a un millar de tejas colocadas en el techo.
La rotonda debe su nombre a que es circular y se coloca justo en el centro de Cuauhcue. Tiene a su disposición una zona geotérmica perfecta para pasar los días calurosos.

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