CAPITULO
3
EL
KONE
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Durante
el trayecto, cegados y nerviosos por las nuevas experiencias Ayelén y José
conocieron a una muxe más, de nombre Ámbar, con una vestimenta más discreta pero
con un collar blanco que le cubría casi todo el cuello y una actitud más
centrada, les comento que su nueva casa estaría llena de esencias
desagradables, esas mismas esencias eran carnada que atrae a su respectivo Kone
para sincronizarlo, durante la ceremonia tienen que conservar las vendas y
guardar silencio hasta que el hijo engendrado reconozca al dador.
Algunas
veces el Kone no lo reconoce y la sesión se prolonga por días, pero es
obligatorio que se realice, pues sin la protección de ellos, la vida en Cuauhcue
sería imposible.
-Debo
acompañarlos en este proceso. - Dijo Ámbar mientras le hacía trenzas a Ayelén
quien estaba sentada.
- ¿Oye
Ambi? ¿Puedo llamarte Ambi? Igual lo voy a hacer, ¿cómo eres?
- ¿Cómo
soy?
-si,
cuanto mides, como es tu piel, como son tus patas?
-Son
pies Ayelén, y ¿cuál es tu problema con ellos? - José reprendió un poco
molesto.
-Bueno,
me llamo Ámbar, y si, puedes llamarme Ambi, mido como 1.68 cm, tengo el cabello
tan negro como tu y la piel de tu mismo color, salvo que la tuya es mas
brillante. Y calzo del 6.-
-
¿Entonces eres como yo, pero más grande?
-De
cuanto calzas Ámbar?
-Del 2
y medio.
-Todavía
te falta.
Los
tres rieron un poco y al término de la conversación los jabalíes se detuvieron,
-Entren
a la casa
- ¿Cómo es mi casa Ambi?
-No prefieres poner toda tu
atención en realizar la sublimación y descubrirlo por ti mismo?
-Está bien.
Ámbar los condujo con cuidado
por unas escaleras que estaban en espiral. Y los recostó en dos camas que no
tenían base, en el interior de un cuarto que al parecer estaba vacío pues
creaba eco.
-Huele como a chokia
-No, mas bien huele como huevo
pasado
-No, huele como caldo de pollo
echado a perder-
-No, huele como a cebolla
podrida-
-No, huele com…
-Silencio chicos, es hora de
proceder- interrumpió Ámbar seriamente.
- ¿Tienen algún vínculo
familiar?
-Si, ese señorsote es mi papá.
- ¿En serio? No lucen muy
parecidos… Tómense de las manos, necesito que guarden silencio para la
procesión, solo durara 15 minutos.
Ámbar hacia sonidos raros con
instrumentos que debido a la venda de los ojos no podían definir. Ese ambiente
lentamente se volvía mas tranquilo. El silencio se volvió tan todo que comenzó
a ser escandaloso. Por un lado, podía escuchar sus respiraciones lentas mezclarse
con la de su padre, al tiempo que se desvanecía en el sopor del momento, esa
ambivalencia le permitió sentirse mas inquieta mentalmente y sus pensamientos
se expandieron hasta las esquinas de la habitación.
Durante los 15 minutos Ayelén
solo podía pensar en su amigo, en su escuela y en la casa que tenía, su jardín
donde jugaba con sus 3 conejos. Pensó más de costumbre en Nana y en sus brazos.
Envuelta en ellos con la cadencia de la canción que iba así:
“Tengo tu voz, tengo tu tos,
oigo tu canto en el mío…”
Toda su vida se aglutinaba en
sus recuerdos, escuchaba la guitarra de José en la sala de su casa donde Nana
bailaba girando sobre si, percibía el aroma al girar con gracia. Se pensó feliz
en un momento de su vida que no podía recordar y eso en vez de desconcertarla
le producía más anhelo, una motivación real que le hizo pensar que la entrada a
Cuauhcue ya no era una carga que prefería evitar, sino un emocionante nuevo comienzo.
Una vez terminados los 15
minutos Ámbar se levantó. Llevando las manos en la cara de José y Ayelén les
pidió que volvieran.
-La ceremonia ha terminado,
tengo que salir de la habitación, pero estaré cuidándolos, sus Kones vienen en
camino.
Ámbar salió de la habitación
sin cerrar la puerta.
-Sabes Aye, hace un momento
pensé en Nana.
-Yo también papa.
-Estaba tocando la guitarra, ojalá
la hubiera traído y Nana estaba bailando en la sala mientras tu nos mirabas en
el cunero. Tu no lo recuerdas, pero cuando pienso en nosotros como familia,
pienso en ese momento. Ojalá las cosas no hubieran pasado de la forma en la que
pasaron.
-No te preocupes Pa, Nana
estaría feliz.
-…
- ¿Oyes eso Ayelén?
- ¿Que?
-ese sonido-
-Ni empieces con tus pedos…
-No, esta vez. Son unas patitas
- ¿De puerco?
-Nooo
-Debe ser tu Kone papa.
-O el tuyo.
-No puede ser el mío, el mío es un unicornio con alas y
cabello rojo.
-Lo veo muy improbable.
José sintió unas patas encima de su vientre, el animal se
desplazaba lentamente.
-Debe ser un pavo real, un atractivo y flamante pavo real.
-Papa, conociéndote debe ser una gallina-
- ¡Aye! -
Ámbar entro al cuarto, le quito la venda y llamo a José.
-Señor José, puede abrir los ojos. Su Kone se sublimo.
Ayelén se agito de emoción. -Que animal eres papáaaa?!
-El mismo de siempre.
-Deja de ser un papa por un momento!
-Es un águila real.
- ¿En serio?
-Si, pero me da miedo tocarla.
-No se preocupe señor, el Kone es una extensión de si
mismo, no puede atacarle- y prosiguió, -Que curioso que tenga un águila real,
juraría que tendría otra cosa.
-Como qué?
- Un canario. y Ayelén tiro una estruendosa carcajada.
-Oye Ámbar más respeto y tu guarda silencio Ayelén, que te va
a tocar una cucaracha.
-Uh si papa, de Madagascar.
-A todo esto, Ámbar, ¿Qué Kone tienes?
-Generalmente lo oculto, pero tengo una serpiente rey
albina.
- ¿Y dónde está?
-En mi cuello.
El animal agazapado tomo una posición erguida y se extendió
por toda la habitación, José tiro un grito y se subió al colchón mientras al
águila extendió sus alas en posición de batalla, pero la serpiente no perdió el
temple y seguía con la misma seguridad con la que se mostró.
-Relájese señor, los Kones pueden atacar a otras personas y
Kones, incluso matarlos, tenga cuidado de sus emociones.
El águila se contrajo y se volvió diminuta. Tanto que se ocultó
detrás de los tenis desgastados de José.
-Por favor, salgamos de la habitación y dejemos a que Ayelén
se sublime.
-Si.
Ámbar y José bajaron a las sala, se sentaron en una hermosa
sala de madera y hablaron durante 5 minutos.
-Señor José, esta es su casa durante el periodo de
restauración del mural de la escuela, le pido por favor que ponga todo su
esfuerzo en el trabajo y en los niños.
- ¿En los niños?
-Hace unos días Konetl se perdió
- ¿Como se pierde alguien en un lugar donde no pueden
salir?
-Solo le pido que cuide a los niños, algo está pasando.
Ayelén se quedó sola en la habitación, estaba ansiosa y no
dejaba de mover los dedos y forzarlos entre sí, se preguntaba que animal podría
ser, pensaba en todos los gatos que tuvo por mascotas, pero no consideraba que
podría tener un gato pues no era tan misteriosa, más bien pensó en un perrito
recién separado de su mama. En ese momento la ventana rechinó un poco y sintió
la compañía de un animal mediano. Era algún mamífero, de modo que podía oír las
patitas recorrerse y el animal se postro en su pecho y se acostó sobre ella.
Se quito la venda y observo el pelaje fino de un animalito,
la emoción se desbordo y grito con fuerza.
-¡¡ES UN GATOOOOOOOOO, PAPAAAAA SOY UN GATOOOOOO!!
El animal salió corriendo y variando su tamaño de 10 cm a
un metro salió de la habitación
José subió de prisa y le pregunto qué animal era.
-Un gato papá
- ¿Y dónde está?
Ámbar le alcanzo y pidió que se pusieran detrás de Ayelén
para esperar que el animal se acercara. Después de unos minutos el mamífero
entro a la habitación y dieron con la especie.
-Ayelén, ¡tienes un Cacomixtle!
-¡Como el de la carretera Papa! -
-El de la carretera, parece ser. - Respondió Ámbar.
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