viernes, 17 de mayo de 2019

CAPITULO 3 "EL KONE"


CAPITULO 3
EL KONE
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Durante el trayecto, cegados y nerviosos por las nuevas experiencias Ayelén y José conocieron a una muxe más, de nombre Ámbar, con una vestimenta más discreta pero con un collar blanco que le cubría casi todo el cuello y una actitud más centrada, les comento que su nueva casa estaría llena de esencias desagradables, esas mismas esencias eran carnada que atrae a su respectivo Kone para sincronizarlo, durante la ceremonia tienen que conservar las vendas y guardar silencio hasta que el hijo engendrado reconozca al dador.
Algunas veces el Kone no lo reconoce y la sesión se prolonga por días, pero es obligatorio que se realice, pues sin la protección de ellos, la vida en Cuauhcue sería imposible.
-Debo acompañarlos en este proceso. - Dijo Ámbar mientras le hacía trenzas a Ayelén quien estaba sentada.
- ¿Oye Ambi? ¿Puedo llamarte Ambi? Igual lo voy a hacer, ¿cómo eres?
- ¿Cómo soy?
-si, cuanto mides, como es tu piel, como son tus patas?
-Son pies Ayelén, y ¿cuál es tu problema con ellos? - José reprendió un poco molesto.
-Bueno, me llamo Ámbar, y si, puedes llamarme Ambi, mido como 1.68 cm, tengo el cabello tan negro como tu y la piel de tu mismo color, salvo que la tuya es mas brillante. Y calzo del 6.-
- ¿Entonces eres como yo, pero más grande?
-De cuanto calzas Ámbar?
-Del 2 y medio.
-Todavía te falta.
Los tres rieron un poco y al término de la conversación los jabalíes se detuvieron,
-Entren a la casa
- ¿Cómo es mi casa Ambi?
-No prefieres poner toda tu atención en realizar la sublimación y descubrirlo por ti mismo?
-Está bien.

Ámbar los condujo con cuidado por unas escaleras que estaban en espiral. Y los recostó en dos camas que no tenían base, en el interior de un cuarto que al parecer estaba vacío pues creaba eco.
-Huele como a chokia
-No, mas bien huele como huevo pasado
-No, huele como caldo de pollo echado a perder-
-No, huele como a cebolla podrida-
-No, huele com…
-Silencio chicos, es hora de proceder- interrumpió Ámbar seriamente.

- ¿Tienen algún vínculo familiar?
-Si, ese señorsote es mi papá.
- ¿En serio? No lucen muy parecidos… Tómense de las manos, necesito que guarden silencio para la procesión, solo durara 15 minutos.

Ámbar hacia sonidos raros con instrumentos que debido a la venda de los ojos no podían definir. Ese ambiente lentamente se volvía mas tranquilo. El silencio se volvió tan todo que comenzó a ser escandaloso. Por un lado, podía escuchar sus respiraciones lentas mezclarse con la de su padre, al tiempo que se desvanecía en el sopor del momento, esa ambivalencia le permitió sentirse mas inquieta mentalmente y sus pensamientos se expandieron hasta las esquinas de la habitación.
Durante los 15 minutos Ayelén solo podía pensar en su amigo, en su escuela y en la casa que tenía, su jardín donde jugaba con sus 3 conejos. Pensó más de costumbre en Nana y en sus brazos. Envuelta en ellos con la cadencia de la canción que iba así:
“Tengo tu voz, tengo tu tos, oigo tu canto en el mío…”
Toda su vida se aglutinaba en sus recuerdos, escuchaba la guitarra de José en la sala de su casa donde Nana bailaba girando sobre si, percibía el aroma al girar con gracia. Se pensó feliz en un momento de su vida que no podía recordar y eso en vez de desconcertarla le producía más anhelo, una motivación real que le hizo pensar que la entrada a Cuauhcue ya no era una carga que prefería evitar, sino un emocionante nuevo comienzo.
Una vez terminados los 15 minutos Ámbar se levantó. Llevando las manos en la cara de José y Ayelén les pidió que volvieran.
-La ceremonia ha terminado, tengo que salir de la habitación, pero estaré cuidándolos, sus Kones vienen en camino.
Ámbar salió de la habitación sin cerrar la puerta.

-Sabes Aye, hace un momento pensé en Nana.
-Yo también papa.
-Estaba tocando la guitarra, ojalá la hubiera traído y Nana estaba bailando en la sala mientras tu nos mirabas en el cunero. Tu no lo recuerdas, pero cuando pienso en nosotros como familia, pienso en ese momento. Ojalá las cosas no hubieran pasado de la forma en la que pasaron.
-No te preocupes Pa, Nana estaría feliz.
-…
- ¿Oyes eso Ayelén?
- ¿Que?
-ese sonido-
-Ni empieces con tus pedos…
-No, esta vez. Son unas patitas
- ¿De puerco?
-Nooo
-Debe ser tu Kone papa.
-O el tuyo.
-No puede ser el mío, el mío es un unicornio con alas y cabello rojo.
-Lo veo muy improbable.
José sintió unas patas encima de su vientre, el animal se desplazaba lentamente.
-Debe ser un pavo real, un atractivo y flamante pavo real.
-Papa, conociéndote debe ser una gallina-
- ¡Aye! -
Ámbar entro al cuarto, le quito la venda y llamo a José.
-Señor José, puede abrir los ojos. Su Kone se sublimo.
Ayelén se agito de emoción. -Que animal eres papáaaa?!
-El mismo de siempre.
-Deja de ser un papa por un momento!
-Es un águila real.
- ¿En serio?
-Si, pero me da miedo tocarla.
-No se preocupe señor, el Kone es una extensión de si mismo, no puede atacarle- y prosiguió, -Que curioso que tenga un águila real, juraría que tendría otra cosa.
-Como qué?
- Un canario. y Ayelén tiro una estruendosa carcajada.
-Oye Ámbar más respeto y tu guarda silencio Ayelén, que te va a tocar una cucaracha.
-Uh si papa, de Madagascar.
-A todo esto, Ámbar, ¿Qué Kone tienes?
-Generalmente lo oculto, pero tengo una serpiente rey albina.
- ¿Y dónde está?
-En mi cuello.
El animal agazapado tomo una posición erguida y se extendió por toda la habitación, José tiro un grito y se subió al colchón mientras al águila extendió sus alas en posición de batalla, pero la serpiente no perdió el temple y seguía con la misma seguridad con la que se mostró.
-Relájese señor, los Kones pueden atacar a otras personas y Kones, incluso matarlos, tenga cuidado de sus emociones.
El águila se contrajo y se volvió diminuta. Tanto que se ocultó detrás de los tenis desgastados de José.
-Por favor, salgamos de la habitación y dejemos a que Ayelén se sublime.
-Si.
Ámbar y José bajaron a las sala, se sentaron en una hermosa sala de madera y hablaron durante 5 minutos.
-Señor José, esta es su casa durante el periodo de restauración del mural de la escuela, le pido por favor que ponga todo su esfuerzo en el trabajo y en los niños.
- ¿En los niños?
-Hace unos días Konetl se perdió
- ¿Como se pierde alguien en un lugar donde no pueden salir?
-Solo le pido que cuide a los niños, algo está pasando.


Ayelén se quedó sola en la habitación, estaba ansiosa y no dejaba de mover los dedos y forzarlos entre sí, se preguntaba que animal podría ser, pensaba en todos los gatos que tuvo por mascotas, pero no consideraba que podría tener un gato pues no era tan misteriosa, más bien pensó en un perrito recién separado de su mama. En ese momento la ventana rechinó un poco y sintió la compañía de un animal mediano. Era algún mamífero, de modo que podía oír las patitas recorrerse y el animal se postro en su pecho y se acostó sobre ella.
Se quito la venda y observo el pelaje fino de un animalito, la emoción se desbordo y grito con fuerza.
-¡¡ES UN GATOOOOOOOOO, PAPAAAAA SOY UN GATOOOOOO!!
El animal salió corriendo y variando su tamaño de 10 cm a un metro salió de la habitación
José subió de prisa y le pregunto qué animal era.
-Un gato papá
- ¿Y dónde está?
Ámbar le alcanzo y pidió que se pusieran detrás de Ayelén para esperar que el animal se acercara. Después de unos minutos el mamífero entro a la habitación y dieron con la especie.
-Ayelén, ¡tienes un Cacomixtle!
-¡Como el de la carretera Papa! -
-El de la carretera, parece ser. - Respondió Ámbar.

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