martes, 4 de junio de 2019

Y EL TROQUEL SUENA

Y el troquel suena, enarbola en la marcha lo que nos distancia, una hebra bien estirada en el centro de esta revolución, amanecida en el frió desierto de este silencio, que no media ni detalla, que mas bien; se expande y nos aletarga.
Nos vuelve débiles cuando el vendaval arrasa y no conforme con ello nos mantiene petrificados, uno frente al otro con la mirada como daga, cercenandonos con discreta elegancia, afilándose en entrecortados. Penetrando la medula, lugar donde se esconde lo que me propusiste y ahora desgajas con el irreversible hado de tu mutismo.

Hoy he decidido adentrarme en la revolución, con la intención de deshilvanar la hebra que nos mantiene unidos. Ay de ti que te amparas en el velo del viento que te prohibe, que me prohibe.
Y el troquel suena, me motiva a seguirte por mas que duela.
Desatranco con velocidad las finas fibras que se desahogan para observarte con otro tipo de recelo, mediando tu discreto afán para romperme en el circular sincretismo del centro.

Y el troquel suena, pero ya no enfurece, se disipa en la cercanía de nuestras proporciones, para acallar con la fuerza del viento tu mirada, que se entrecierra y se me devuelve con otro énfasis. Otra marcada motivacion en la iridiscencia de tu cada vez menos llamativa circunspección alada.

Te entrelazas con desden entre lo que soy amalgamando tus pulsiones con las mías, es un cálido y espesante momento que parece cederse sediento, pero no encaja ni se incorpora. Levemente se rechaza hasta dejarnos en la nada hueca, donde el duelo no parece importante, y aun, el troquel suena.

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