Hace unos meses termine la preparatoria y a pesar de que fue un gran logro para mi no decidí dedicarle un tiempo al festejo, y es que al terminar esa etapa el techo que tanto deseaba se convirtió en el suelo.
Y es que cuando toque el techo el viento se convirtió en una ráfaga que casi me tira. Todos los temores de mediano plazo estaban encarándome con molestia por hacerlos esperar mas del tiempo prometido, y en un arranque de desesperacion entre en un limbo en el que estaba cómodo pero con el temor de fosilizarme en aquel barro del cual huí hace un tiempo, entonces en ninguno de los dos lugares estaba cómodo, cuando mire hacia mis pies el techo se habia convertido en un suelo firme e inmenso, donde millones de personas peleaban con miles de aspiraciones, y yo sin ninguna arma estaba solo mirando con susto los mismos demonios que me quitaban el sueño.
Podía simplemente esperar a que me devoraran y acabar con todo lo que realice, pero definitivamente es algo que el Yo del pasado haría, y no planeo repetir los mismos errores tontos del pasado, sin nada en mis manos mi única opción para enfrentarlos era correr al rededor de las personas que peleaban esperando encontrar alguna espada lo suficiente filosa para destruir los añejados y robustos temores comunes, en una carrera a muerte mirando el nuevo suelo me di cuenta que mis brazos y pies también podían ser armas, sin la certeza de ganar podía jugarmela con los puños, y así estoy; peleando y defendiéndome de todo lo malo, escalando y elevándome convirtiendo los nuevos techos en nuevos suelos, tratando de ganarme la vida en un edificio adecuado para vivir bien y morir de igual manera...
Dejo la canción del día.
Suerte Yo del futuro...
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