CAPITULO 3
COLIBRÍ
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Huitzil (Colibrí) nació fuera de Yetzel, pocas personas recuerdan cuando llego al pueblo y los que aun tienen memoria mencionan que un día en la plaza fue vista con un hermoso traje y muchos cordones adornando su cabeza en una trenza negra, dicen que a varios vendedores les dijo su nombre real, pero ellos con cariño decían que les recordaba a un Huitzil a pesar de negar el apodo los lugareños con el tiempo fue ganándose el nombre.
Era una mujer independiente, pero con un carácter bien definido hacia los desprotegidos, se decía que su corazón era del tamaño de 3 aguacates y su belleza física era un espejo de su interior.
Era admirada por todos, varias veces rescato del Acoatl a los niños pequeños, y solía amenazar a los hombres que cazaban por diversión a los Ajolotes con un Macuahuitl (una espada de madera con filos de obsidiana por sus dos lados ) que usaba amarrada a su cintura.
Desde que llego era acosada por muchos hombres, pero con el tiempo y descubriendo su seguridad y nula dependencia varios se alejaban, hasta tener dos que la cortejaban a menudo.
Un día y sin avisarlo a nadie se comprometió con uno de ellos, su nombre; Mictlan el enterrador y chaman del pueblo, quien era misterioso, con la cara larga y facciones agresivas, la gente decía con gracia que el colibrí entro al hocico del lobo a vivir, la vida en pareja le había causado muchos daños, extraños moretones, largas heridas de lo que parecían uñas y una enorme cicatriz que en forma diagonal se dibujaba de una mejilla a la mitad de su frente, H se descuido de si misma y su salud se vio mermada en tiempo récord, su esposo era incriminado y sus días de trabajo terminaron cuando nadie lo llamaba para sus servicios, pero Huitzil a pesar de perder su belleza, se mantenía con el mismo corazón y alegría con el que llego a Yetzel, nadie podía entender el porque sin su belleza y sus casi esporádicas salidas aun tenia esa sonrisa alegre...
Poco tiempo después llegando de cuidar sus cultivos sobre su chinampa en la noche se encontró con varios pueblerinos que se dieron cuenta que estaba en cinta, y felicitándola se fue a su trajinera a cuidar a los reptiles y anfibios que moraban ahí.
Cuando nació Ayelén Huitzil se mostraba mas a menudo, aveces con su esposo paseando o llevando en brazos al lago a su pequeña hija...
Cuando la china cumplió 13 años se le dio la tarea de cuidar la trajinera y mantener los cultivos, pasaba semanas fuera de su casa, aveces volvía con una despensa para sus padres y se retiraba hasta la otra semana, se supo nada de Huitzil y Mictlan hasta el día en el que la mitad del cuerpo de su esposo sangraba sin rastros de nada, unas piernas en medio de la plaza con la otra mitad perdida...
Se le culpo a Huitzil por el asesinato de Mictlan y en el repudio de la gente ella tomo la decisión de no volver a salir de su casa, de vez en cuando asomaba su cabeza en la ventana y las personas murmuraban que había perdido la cabeza tras el asesinato. con un tifón de comentarios encima se las arreglo para contratar a Quinatzin para darle el cuidado necesario a sus hermosos quetzales y su decena de gatos, Q era el empleado perfecto, trabajaba de 8 a 5 de la mañana y en la ultima hora de la noche se sentaba en la plaza a mirar como pasaba Ayelén por ahí, con el temor de hablarle solo compartía un saludo y después de que pasaba Q tomaba una siesta, el era apartado y no hablaba con las personas en el día, creía que en esa hora usaban sus caretas y actuaban de una manera hipócrita, así que se limitaba a hablar aveces con la gente en la madrugada, Q no tenia familia viviendo cerca, su padre hombre dedicado a la mecánica de las extremidades, trabaja con sus hijos en un almacén en la zona desértica del norte. Quinatzin por ser tan pequeño fue dejado en el pueblo a cargo de la casa y la tumba de su madre, sin muchas personas con quienes estar pasaba platicando la noche con Huitzil en el corral jugando con los gatos, pero nunca ingresando a su casa, lo cual le causaba una curiosidad tremenda saber lo que tramaba cuando se metía con varios artefactos en el interior de su vivienda...
De izquierda a derecha: Huitzil actualmente, Huitzil joven, su macuahuitl y ajolotes
Quinatzin desesperado y con solo una sandalia se apresuro a la casa de Huitzil a avisarle lo que había ocurrido.
-¡Huitzil, Huitzil responde te necesito, es una emergencia!- H asomo la cabeza en la ventana y con una expresión le pregunto que pasaba...
-¡La China fue arrastrada, por, un Quetzal, pero no un Quetzal como los tuyos, como la serpiente emplumada de la biblia!-
Se alejo de la ventana y a paso veloz abrió la puerta de su casa.
-¡No de nuevo... Pero no puedo salir de aquí, necesito que tu entres al agua y jales de sus pies!.-
-¡No se nadar, tenemos que ayudarla, la gente tiene miedo y no se atreve a nadar a buscarla, de eso fue hace unos 10 minutos, puede estar muerta!- Ella no parecía sorprenderse, era como si esa escena fuera tan cotidiana que oírla solo le causaba una enorme molestia.
-¡Colibrí despierta!-
-Espera, Quinatzin, Ayelén no es como la gente normal, puede aguantar hasta 40 minutos debajo del agua, debió atorarse con alguna planta y eso dio la sensación de que fue jalada, la gente es muy creyente de eso, todo lo que esta en ese libro es una verdad para ellos-
-Por favor...- Sollozo Q
Huitzil suspiro y tomando su rebozo acepto salir, con mas miedo de ser juzgada por la gente que por el bienestar de su hija, movía su rebozo tratando de ocultar su cara lo mas posible mientras Quinatzin cojeaba de su pie desnudo para no quemarse las plantas con el calor de los adoquines.
Cuando llegaron a la maleza una cadena de hombres jalaban buscando en el agua turbia el rastro de Ayelén.
-Es inútil, salían a respirar sin encontrarla-
Aun con la cara cubierta Huitzil se adentro caminando al lago -¿Quien es ella?- decían las personas amontonadas en la orilla.
-¿Fantasma, quien es esa persona?- le preguntaban a Q -Es Huitzil-
-¿Es la loca?- Quinatzin bajo la mirada evadiendo toda pregunta.
Pasados 3 minutos H salio a la superficie solo asomando la cabeza con el rostro mojado cubriendo todo menos sus ojos.
-¡Quinatzin, necesito que vayas a mi casa por mi macuahuitl esto es peor de lo que imagine!-
Q salio corriendo haciendo pequeños saltos para no quemarse preguntándose si detrás de toda esa agua había lagrimas provenientes de ese corazón que decían era tan grande como 3 aguacates...
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Dejo la canción del día
Mucha suerte, Yo Colibrí del futuro...